La sostenibilidad y la logística se combinan en un equilibrio estratégico que busca generar valor compartido para las empresas, el medio ambiente y la sociedad. Esta sinergia impulsa la adopción de prácticas que reducen el impacto ambiental sin comprometer la eficiencia ni la competitividad.
En términos de sostenibilidad, el enfoque se centra en la reducción de emisiones de CO₂ mediante la optimización del transporte y el uso de vehículos de bajas emisiones, la gestión responsable de recursos como embalajes reciclados y energías renovables, así como la implementación de modelos de economía circular para prolongar el ciclo de vida de los productos.
La logística desempeña un papel clave al mejorar la eficiencia operativa, optimizar rutas y consolidar envíos, mientras aprovecha la digitalización a través de herramientas como IoT y plataformas integradas para el seguimiento y la gestión documental. La colaboración dentro de la cadena de suministro también es fundamental para un mejor aprovechamiento de los recursos.
Estos esfuerzos generan un valor compartido: reducción de costos operativos y aumento de la competitividad para las empresas, disminución de la huella ecológica y preservación de los recursos naturales, así como la creación de empleos verdes y una mayor responsabilidad social con las comunidades.